Andante meditativo III

Asi como el yin yang, siempre fueron objeto de mi observaciòn todos los pares ordenados -dìa noche, frio calor, mojado seco, mujer hombre- y de mi obseciòn incluso, como los tonos mayores y tonos menores y todas las analogìas e implicancias que se desprenden de ellos. Para mi los tonos mayores y menores, funcionan como un verdadero patròn, un mapa a traves del cual ver la realidad.
Hoy dìa los mùsicos acadèmicos vanguardistas creen haber dejado de lado la tonalidad, la ritmologìa, y sobre todo la modalidad que es la que se refiere al genero mayor-menor. Y claro, tal vez estèn en lo cierto, mal que les pese, porque los artistas siempre se han adelantado a su època, y no es que los patrones naturales se hayan desintegrado, o perdido su vigencia y eficacia, sino que ellos reflejan el caos en que ha caido el ser humano como sociedad, y ha perdido -hemos perdido- de vista los valores bàsicos de la convivencia -Y tal vez la palabra sea mucho mas amplia que convivencia.
Particularmente no deja de maravillarme el hecho de que la diferencia entre un tono mayor y uno menor, es solamente un semitono: una tercera que se disminuye medio tono, y que por eso se le da el nombre de menor. No obstante esto las diferencias -sonoras, psicològicas- que producen son tan gigantescas como el dìa y la noche, como lo femenino de lo masculino. Diferencias que produce solo un detalle mìnimo en el lugar justo.

El tono menor, -que es el santo de mi devociòn- es el que transmite profundidad, y todos los sentimientos que se derivan de la profundidad, como la tristeza, la nostalgia, incluso emociones como la angustia. Es mi creencia que es el tono menor el que lleva a la evoluciòn, y en mucha menor medida el tono mayor.
Para poder apreciar un aria de semejante profundidad, hay que estar en un cierto grado de paz consigo mismo, y no por ejemplo cargados de culpas, y de autocompasiòn. En tal caso puede ser muy dañina.

En cambio aqui la profundidad del tono menor, lleva a un estado combativo, temerario.

Creo que la prevalecencia de los tonos mayores denotan no solo una moda, sino una escasez de sacrificio, de finalidad y compromiso en un pueblo. No era tan asì hasta hace poco en mi pais, cuando abundaba el folklore y el tango, muy plagados de tonos menores. Te pongo un ejemplo -por supuesto no tiene comparaciòn con lo anterior, podes no escucharlo, obvio.

(tiene sus encantos la tecnologia)
                   Podria afirmar que para mi, la musica se divide no tanto en estilos ni en epocas, ni en autores, como sì en tonos mayores y menores.


   Don Juan sostenìa que la tristeza, es la materia que constituye el infinito. Por supuesto sin apego la tristeza deja de ser tal, y pasa a formar parte de la belleza.
"Sin tristeza ni añoranza uno no està completo, porque sin ellas no hay sobriedad, no hay gentileza..."