Mas si me pongo a cantar,
No tengo cuando acabar
Y me envejezco cantando,
Las coplas me van brotando
Como agua del manantial" (Fierro)
* * *
A quièn le ganamos.
Pero a quièn le hemos ganado?
El mundo no nos precisa,
Miles de millones de años
Antes que nosotros ya existìa.
Sì, ya habìa criaturas,
Ya prosperaba la vida,
De una manera màgica
Todo estaba en armonìa.
Aves, insectos, peces,
Todos por igual comìan,
Los dinosaurios las plantas,
La tierra los bendecìa.
Pasaban millones de años
Sumando dìa tras dìa.
Quièn puede tomar conciencia
De lo que esto significa.
Cientos de millones de años
No son para tomar a risa.
Nosotros en un milenio
Hicimos al mundo trizas.
Es tal la ignorancia del hombre
Que a sì mismo se felicita.
ÈL se cree indispensable
Y de ascendencia divina,
Y es solo una enfermedad
Que pestilencia destila,
Una enfermedad que la tierra
Pronto se sacarà de encima,
Porque pronto esta dolencia
Se devorarà a si misma,
Y en algunos milenios mas
No quedarà ni noticias.
Oh estupidas criaturas,
Creer que hay un dios que las mira.
¿Pero a quièn podrìa importar
Que esta desgracia exista?
Lloro al saber de esos bosques
Reducidos solo a astillas,
Talar pinos centenarios
Y hacer tierras productivas.
¿Para quièn es el progreso
De esta era consumista?
Ni aùnpara el mismo hombre!
Salvo alguna minorìa.
Los demàs de su pobreza
E ignorancia solo miran,
De la pobreza descienden
A la miseria indigna.
Vicio, contaminaciòn,
Enfermedad e inquina,
Y el resto de la creaciòn
Simplemente agoniza.
Por que no le preguntamos
A la naturaleza misma
De que le sirve el progreso
Y en què los beneficia?
¿Preferirìan una cama
Para dormir, los gorilas?
¿O querrìan los delfines
Prender fuego con cerillas?
¿De què les sirve a las aves
Algodòn o aspirinas?
¿Què harìan con celulares
Las primigenias hormigas?
El hombre al ir "progresando"
Mas y mas se debilita,
Despreciò su evoluciòn,
Negò la sabidurìa.
Es infinita la deuda
De nuestra especie maldita
Ya no hay forma de parar
El castigo que se avecina.
Tal vez tengamos la suerte
De ver como todo termina,
Si igual hemos de morir,
Que sea por la tierra querida.
El llamarme ser humano,
Por momentos me indigna,
Reniego de la obligaciòn
De propagar sus mentiras.
No quiero con mis verdades
Sonar acaso pesimista,
Bien sabido es que todo
Lo que empieza se termina,
Solo quisiera dejar
Bien plantada una semilla,
En el corazòn de un hermano,
Y que a otro la transmita:
Que no sirve el amargarse,
Que sirve en cambio la risa,
Que no valemos realmente
Mas que la verde gramilla;
Que la felicidad existe,
Aquì y en cualquier esquina,
Que viviendo con prudencia
La muerte serà benigna.
Perdonà el tono algo fatalista y apremiante de mi copla,todo lo que quiero es sembrar mi cuota de conciencia. Te puedo asegurar que quiero a la gente, pero odio lo que hace.
Esto lo escribì hace algunos años, al convivir en Catamarca con las minas de oro a cielo abierto, y la contaminaciòn y el vaciamiento de las fuentes de agua natural de que se quejaban mis hermanos, y tambièn haber pasado por Misiones y ver con dolor la destrucciòn de la selva, sin que ningùn juez preste el mìnimo de atenciòn, como es costumbre.
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